El Instituto Social de la Marina anunció en un documento oficial que había eliminado del Proyecto de Ley la exigencia de que la actividad de Rederas, Neskatilas y Empacadoras deba de suponer su medio fundamental de vida para poder acogerse a los beneficios del Régimen Especial de Trabajadores del Mar. En cambio, el Proyecto de Ley Reguladora de la protección social de las personas trabajadoras del sector marítimo-pesquero fue aprobado ayer en el Senado recogiendo esa exigencia. Por ese motivo, el Grupo Parlamentario Vasco se abstuvo de votar a favor del mismo, pese a que “se ha avanzado mucho, pero no lo suficiente para alejar el riesgo de quedarse fuera del sistema a estos colectivos de mujeres”, asumió el portavoz jeltzale, José María Cazalis.

El senador vizcaino explicó que “no podemos aceptar este artículo, ya que deja abierta al Gobierno la posibilidad de aplicar el salario mínimo interprofesional, u otra cantidad, como exigencia para poder acceder a ese régimen, lo que dejaría sin efecto los tres puntos modificados, que no servirían para nada y las mujeres del sector quedarían fuera del mismo porque sus condiciones de trabajo no ofrecen otra posibilidad”, ha analizado. Los citados puntos, tres enmiendas aceptadas al Grupo Vasco, son los que, desde ayer, permiten que el colectivo de rederas, neskatilas y empacadoras quede incluido como trabajadores por cuenta propia en el Régimen Especial de Trabajadores del Mar en el grupo 3; así como que se abra el procedimiento de reconocimiento de estas trabajadoras a beneficiarse de los coeficientes reductores de la edad de jubilación.

“No tiene sentido aprobar esas mejoras y dejar pendiente sobre el sector una espada de Damocles. Solo pedíamos que, a través de un artículo adicional, se aplicase lo que aceptaba el Instituto Social de la Marina en su documento”, se queja Cazalis. La Directora de División de Administración y Administraciones públicas del Instituto dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación respondió hace menos de un mes a las alegaciones del colectivo de rederas haciéndoles llegar por escrito un mensaje tranquilizador, que aseguraba que la exigencia de que la actividad deba constituir su medio fundamental de vida había sido suprimida en el Anteproyecto. “Sin embargo, se ha mantenido en el Congreso y en el Senado, y no entendemos porqué; Tenemos que pensar que el Gobierno tiene afán de aplicarlo”, sospecha el senador.

El portavoz jeltzale ha vuelto a recordar que una aplicación estricta de la norma sacaría a todas las mujeres del Régimen Especial por lo que carecería de sentido ser legales y seguir cotizando. “Los barcos tendrán que seguir saliendo a la mar y el trabajo de estas mujeres no se puede sustituir, lo que les llevaría directamente a trabajar de forma ilegal”, ha advertido.

El senador ha subrayado, además, la falta de lógica que supone poder generar derechos sociales a través del salario y no a través del trabajo; unos derechos que, en el caso de no ingresar un salario que suponga su medio fundamental de vida, se reconocen a los trabajadores por cuenta ajena y no a los que lo hacen por cuenta propia, lo que resulta “discriminatorio”. Cazalis también ha censurado  el intento del Gobierno de recuperar, a través de este texto, parte de las materias de formación profesional para el empleo transferidas al Gobierno Vasco en 2010.