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Opinión
28/10/2007
LA ACERTADA GESTIÓN ECONÓMICA DEL GOBIERNO VASCO
Si algo podemos decir de la Política Económica llevada a cabo por los diferentes Gabinetes que, a lo largo de sus treinta años de existencia, han gestionado los dineros del Gobierno Vasco es, sobre todo, su eficacia, eficiencia y buen hacer.
El Correo
Aunque desde diferentes frentes se han lanzado voces criticando la austeridad de las políticas de gasto del Gobierno Vasco hemos de concluir que, con los datos en la mano, los resultados han venido a dar la razón a nuestros gestores.
Si hace veinte años nos encontrábamos con tasas de desempleo superiores al 20% de la población vasca, y en algunos municipios de la Margen Izquierda del Nervión, en Bizkaia, se llegaba incluso a superar el 30%, hoy podemos constatar que dichas tasas no superan el porcentaje del cuatro por ciento en el conjunto de nuestra Comunidad Autónoma.
Y todo esto, a lo que se añade nuestra privilegiada posición en cuanto a crecimiento económico y la privilegiada posición en los primeros puestos del PIB entre los países europeos más desarrollados, obedece, a nuestro modo de ver, al acertado esfuerzo de gestión económica del gobierno Vasco y de las Diputaciones Forales.
Lo mismo piensan los ciudadanos cuando ven cómo estaban y cómo están ahora nuestras redes de comunicación (carreteras, puertos y aeropuertos), nuestra sanidad, la seguridad ciudadana, la vivienda, la educación, las inversiones en cultura y ocio, etc, etc.
Todos estos logros, insisto, no hubieran sido posible sin una buena gestión de los recursos económicos disponibles, austera, como corresponde a la administración de un buen padre de familia, eso sí, pero también es de justicia reconocerlo, gracias a las posibilidades que nos ha facilitado el Concierto Económico que, en el marco del Estatuto de Autonomía de Euskadi, del que en estos días celebramos en vigésimo octavo aniversario, el cual nos ha permitido recaudar de una manera directa nuestros impuestos y gestionarlos de una manera ordenada, y eso, y ahí está la clave del éxito, sin ser insolidarios con las necesidades del resto de las Comunidades del Estado.
Las críticas, cuando son constructivas, son bienvenidas y edificantes, pero no olvidemos que un buen gestor público ni puede plantear gastar más o bajar los impuestos cuando la economía de un país va bien, porque en los momentos en los que el ciclo económico cambia, la ciudadanía no entendería que se incremente la presión tributaria o bien que se reduzcan los recursos al gastos social o al gasto en infraestructuras, por ejemplo.
¿Se acuerdan ustedes de la fábula de la hormiga? Pues eso; obras son amores y lo demás...Y nadie podrá negar que las obras y los logros están ahí, como hemos puestos claramente de manifiesto.
Nuestros Autores
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Iñaki Anasagasti
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Jose Maria Cazalis
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María Eugenia Iparragirre